miércoles, 14 de diciembre de 2011

La lucha contra los coches vacíos


La Agrupación Queremos Ser Padres pelea por los derechos reproductivos de toda pareja. Su directiva, conformada por tres mujeres infértiles busca cambiar la historia para las parejas estériles de Chile. Patricia Ramírez, su presidenta, cuenta aquí la situación en la que se encuentra la infertilidad en el país y que si no se hace algo pronto, después el estado tendrá que remediar la falta de niños. 



Patricia Ramírez no quiere hablar de su edad. Contadora de profesión, Patricia prefiere hablar sobre la razón de su lucha, y la de miles de personas que sueñan con tener un hijo. Patricia es la presidenta de la Agrupación Queremos Ser Padres, la cual nació legalmente el 5 de marzo de este año con el apoyo de la Municipalidad de Quinta Normal. A su primera reunión asistieron cuatro mujeres. Hoy son más de 600 miembros a nivel país, cuenta Patricia.

La agrupación Queremos Ser Padres reúne a parejas infértiles que luchan por el derecho a ser familia. Según Patricia, lo que más entrega “la familia Queremos Ser Padres” es contención,  un espacio para que las personas puedan contarle a alguien sus miedos, rabias y angustias. “Las personas que sufrimos de esta enfermedad no podemos ir a contárselo a nuestra gente porque no nos entienden. Necesitamos de gente que sepa por lo que estamos pasando”, cuenta Patricia. En Facebook, la agrupación tiene 4773 amigos y los posts se renuevan a diario. Uno de los últimos es de Carlos Guerrero, quien escribió: “Amigos hoy salió todo bien y a mi señora le dieron el alta hoy mismo. Mañana nos avisan cuándo se hace la implantación, lo más probable es que sea el jueves o viernes. Estamos en la recta final. Recen harto para la implementación, mañana les cuento novedades nuevamente”.

Patricia dice que en Chile existen cerca de 350 mil parejas que son infértiles. Ella dice creer que al final todas vamos a ser mamás, de alguna u otra manera, pero lo importante es que nadie se quede con la sensación de que no pudo serlo porque no tenía dinero.  “Yo me pregunto ¿qué hace diferente a esa persona que es de más escasos recursos que yo? ¿Por qué yo puedo intentarlo y ella no?”

Los tratamientos para ser padres se dividen entre los de baja y los de alta complejidad, explica la presidenta de la agrupación: “Una inseminación, que corresponde a baja complejidad, cuesta entre $350 mil a $600 mil pesos por intento, dependiendo del centro de salud. Hay un protocolo que dice que debes hacer un mínimo de 4 intentos y un máximo de 6. Si hiciste 6, y no quedaste embarazada, pasas a mayor complejidad. Una transferencia  cuesta entre $3,5 millones a $6 millones de pesos por intento”. “O sea, habemos personas que tuvimos una casa y tuvimos que venderla; que tuvimos auto y ahora andamos a pie. Todo eso para poder ser padres”, narra.

Para Patricia, la situación es aún más compleja: “Fonasa cubre 259 cupos de alta complejidad para las 350 mil parejas infértiles de Chile. Y Fonasa cubre un intento,  o sea si te funcionó, bien; si no, lo intentamos. ¿Cómo te pones tú si vas al doctor y te dice ‘vas a tener derecho a un intento, pero es el único que te van a pagar’? Y por otro lado te dice ‘tienes que estar tranquila, porque si estás tranquila tu cuerpo irriga más sangre al útero y la guagüita se va a quedar ahí’. ¿Qué parte escuchai, la parte que te dice tienes el intento de tu vida, o el que dice tienes que estar tranquila?”

Por eso, la Agrupación  Queremos Ser Padres busca primero que se reconozca la infertilidad como una enfermedad por nuestro país y  por su sistema de salud, porque al ser reconocida como “enfermedad” tiene garantía de derechos y es posible exigir un tratamiento a través de la ley. Pero además, quiere que aumenten los cupos Fonasa con una base de 600 cupos. Que en la etapa de baja complejidad, en la cual el 80% de las parejas podría tener una solución, se haga una cantidad de ciclos a 5 mil parejas con derecho a 3 intentos, y que si una pareja lo logró en el primero, se vayan acumulando para otras. Y por último, la agrupación busca que las parejas que tienen Isapre también puedan acceder a los cupos, financiando los tratamientos de acuerdo a su realidad económica. “O sea, pedimos que se inviertan más recursos en salud”. 

Esas son las metas de la  agrupación, pero su presidenta no se detiene. Está en conversaciones con otros grupos similares de diferentes países de la región para crear la Sociedad Latinoamericana de Agrupaciones, con sede en Chile. Y les gustaría expandir los talleres que se hacen en Santiago a otras ciudades de Chile, como Valparaíso. Planes no le faltan y menos, entusiasmo.

La Agrupación Queremos Ser Padres quiere hacer historia. 

por Bárbara Santamaría, Estudiante Periodismo UC (barbarasantamaria@gmail.com)